I
Quisiera ser rostrillo
de encaje de oro
que acaricia esa cara
que tanto adoro.
¡Qué maravilla
tocar la porcelana
de tu mejilla!
II
Quisiera ser madera
de los varales
sobre los que caminas
siempre que sales.
Ser yo tus pasos.
Llevarte a donde vayas
sobre mis brazos.
III
Quisiera ser bordado
de tu vestido
y en torno de tu cuerpo
vivir prendido.
Que estar quisiera,
Virgen de la Cabeza ,
siempre a tu vera.
IV
Quisiera ser el cetro
de soberana
que en tu mano amanece
cada mañana.
Y que despierte
cogido de esa mano
tras de mi muerte.